Carlos Sánchez Mato
No
le ha bastado al Gobierno con aprobar una amnistía fiscal para que los
defraudadores que han mantenido sus capitales a salvo de sus obligaciones
tributarias, puedan regularizar su situación.
No
ha sido suficiente con minimizar el coste que los tramposos han tenido que
soportar, reduciendo el porcentaje a
pagar al 10% y solamente de los ejercicios no prescritos.
Dado
que no se colmaban las aspiraciones de los incumplidores se optó por no cobrar
recargos, multas ni, por supuesto, sanción penal alguna por los delitos
cometidos.
Pero
no era bastante y por ello el Gobierno ha modificado la normativa que regula la
amnistía fiscal cuando ya había finalizado el plazo que permitió acogerse a la
misma. En el Boletín Oficial del Estado del pasado día 27 de diciembre, con
nocturnidad y alevosía, se ha publicado
la disposición adicional tercera en la ley de medidas urgentes de
liberalización de comercio en la que se permite que quienes ya han aflorado
patrimonios defraudados puedan subrogar las declaraciones presentadas. Es
decir, Hacienda ha admitido que los que han “regularizado” su situación fiscal
amparados por la ley, puedan haber utilizado testaferros y les permite poder
revelar su identidad durante todo el año 2013.
Según
las informaciones publicadas en prensa, esta modificación es una consecuencia
de las presiones ejercidas por los poderosos bufetes especializados que han
asesorado a sus no menos poderosos clientes. El objetivo último era “eliminar
las reticencias que los evasores tenían y proporcionarles seguridad
jurídica”. Según la Agencia Tributaria esos cambios legales permitieron
que la mayoría de las adhesiones a la amnistía tuvieron lugar en los últimos
quince días de noviembre que cerraban el plazo legal para acogerse a la misma.
Desengañémonos.
No vamos a saber nunca con certeza la lista de la “gente de bien y orden” que
ha defraudado a Hacienda. Si es preciso habrá nuevas normativas y disposiciones
legales que blinden la actuación de los que han estafado a todos al mismo tiempo
que daban lecciones de patriotismo. Y si las actuaciones judiciales les
pudieran alcanzar alguna vez, no hay motivo para inquietarse: Para eso tiene el
Gobierno la capacidad de indulto…
El
fin no justifica los medios. En este caso no se ha conseguido el objetivo de
recaudación que el Gobierno se había fijado ya que no ha conseguido ni la mitad
de los 2.500 millones de euros presupuestados. En cuanto a los medios
utilizados no pueden sino causar sonrojo e indignación a cualquier ciudadano,
salvo a los que disponen de cuentas bancarias en paraísos fiscales.
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