Cambio de sistema

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domingo, 8 de noviembre de 2015

Por qué no voy a ir a la misa solemne de la Almudena

"El próximo día 9 de noviembre a las 11:00 horas se celebrará la
tradicional Misa Solemne que, con motivo de la festividad de Nuestra
Señora de la Almudena, oficiará el Señor Arzobispo de Madrid en la
Plaza Mayor. Vestimenta: Señores con traje oscuro y Señoras con
vestido corto"
Jamás había recibido este tipo de invitación para asistir a esta
celebración pero, desde el mes de mayo, soy concejal del Ayuntamiento
de Madrid y tengo el orgullo de pertenecer a un grupo municipal, Ahora
Madrid, que tiene la responsabilidad de gobernar la ciudad de Madrid
durante los próximos cuatro años. Parece que es ese el motivo de que
yo haya recibido la invitación, mi condición actual de cargo público.
En esta celebración, muy enraizada en la ciudad, lleva contando con la
presencia en lugar destacado de las autoridades civiles de Madrid desde
el siglo XVII. Desde que la tradición atribuyera a una talla de la
Virgen de la Almudena la salvación de la ciudad de unas graves
inundaciones en 1646, Madrid renueva anualmente el Voto de la villa.
Solo hay un problema y no es precisamente pequeño: No parece que pueda
considerarse constitucional mezclar la institución municipal con un
acto religioso en un estado que se declara aconfesional. Ninguna
confesión tendrá carácter estatal y, por lo tanto, mantener
determinados privilegios y lazos entre el Ayuntamiento y la Iglesia de
Madrid, además de confundir lo que debería ser una actuación neutral
del consistorio frente a cualquier confesión religiosa y causar dolor
en quienes no sienten como propia esa fiesta, limita la libertad de esa
Iglesia a la que pretendidamente apoya con su presencia en el acto.
No hago esta crítica desde el rechazo a la Iglesia católica.
Precisamente yo soy cristiano y es desde mi militancia en la base de esa
Iglesia desde donde me horroriza la confusión entre el poder político
y el de la Iglesia. Porque no creo que nadie pueda pensar en serio que
esa fuera la Iglesia que Jesús de Nazaret soñara. Más bien, la
Iglesia de los empobrecidos, los desposeídos y los explotados de
Madrid, tendría que estar aliada con ellos y movilizada para obtener
del poder político, también del municipal, la solución a las muchas
injusticias que todavía hoy existen. Nunca sometida al poder, siempre
al servicio de los que peor lo pasan. Es a ellos y a ellas a los que les
correspondería estar sentados en los primeros sitios en la celebración
de mañana y no a los máximos responsables del Ayuntamiento, la
Comunidad o el Estado porque, como dijo ese Jesús coherente hasta el
extremo, "el que quiera ser el primero, que se haga servidor de
todos"

5 comentarios:

  1. Chapeau se puede hablar mas alto pero no mas claro

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  2. Chapeau se puede hablar mas alto pero no mas claro

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  3. Gracias Carlos, por tu coherencia. Un abrazo

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  4. Te invitan porque eres un cargo público del ayuntamiento,no vas por tu sectarismo. Ya queda menos para que los habitantes de la ciudad de Madrid dejemos de pasar vergüenza por sus gobernantes.

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