Carlos Sánchez Mato
Y sin embargo, lo disimulan
mejor. Sabadell acaba de presentar sus resultados correspondientes al ejercicio
2012, primero en el que incorpora a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM)
después de la integración de su negocio financiero. En la presentación, se
presume de haber alcanzado un resultado positivo de 81,9 millones de euros “en un ejercicio
realmente histórico en que se ha situado entre las entidades sistémicas y más
solventes del sistema financiero español”.
Un
análisis de los estados contables de Sabadell deja claro que la realidad es
bastante más cruda de lo que las triunfalistas declaraciones de sus gestores
dicen. El beneficio contable de la
entidad se ha producido gracias a la operación extremadamente ventajosa de
adquisición de la CAM. Gracias a la misma, la entidad se ha
podido apuntar un beneficio extraordinario de 933 millones de euros en concepto
de “fondo de comercio negativo”.
¿En
qué consiste ese rubro?: Sabadell adquirió por un euro el Banco CAM, poseedor
de todo el negocio financiero de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Después
de sanear las pérdidas derivadas de créditos incobrables, la entidad adquirida
tiene un valor contable de 933 millones de euros y eso es lo que figura en la
cuenta de explotación del Sabadell como resultado extraordinario. Es decir, el quebranto para las arcas
públicas y el beneficio para los accionistas del Sabadell. Además, se ha apuntado como ingreso un
crédito fiscal de 349 millones de euros adicionales por las pérdidas que había
sufrido Caja de Ahorros del Mediterráneo. No acaban ahí los réditos obtenidos
por la privatización ya que Sabadell tendrá otro ejercicio para provisionar más
de 400 millones de euros de pérdidas que esconde en su balance y que tendrá que
aflorar en aplicación de los decretos De Guindos.
El resumen es que la entidad
catalana habría perdido 1.600 millones de euros sin el “auxilio” prestado por
el Banco de España con el dinero de los ciudadanos españoles.
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