Respuesta de la ciudadanía
Es un largo camino, no una operación a corto plazo. Una larga marcha que exige tesón y perseverancia. Las mareas se manifestaron de nuevo en Madrid con un lema que expone de modo diáfano lo indiscutible de la lucha ciudadana: Sin educación no hay ciencia; sin ciencia no hay sanidad; sin educación, ciencia y sanidad no hay derechos sociales. Nuestros derechos, no su negocio. Es la segunda vez que las mareas protestan juntas, cargadas de razones, contra los recortes, contra el deterioro de lo público, contra las privatizaciones.
Los presupuestos para la investigación científica han sido recortados un 40% en cinco años,cuando la investigación científica pública es esencial para curar enfermedades, por ejemplo. El Gobierno ha aprobado la LOMCE, una ley reaccionaria, clasista y reaccionaria, mientras se cierran unidades y centros públicos, se recortan becas, se suben tasas y se despide a personal... pero pretenden construir nuevos centros concertados. La reivindicación de lo público no es intrascendente, porque los servicios públicos básicos no son mercancía, son como satisfacer derechos humanos, incompatible con el negocio, con los beneficios privados.
Es imprescindible hablar una y otra vez de derechos, de nuestros derechos de trabajadores y trabajadoras, como ciudadanía, de seres humanos. Porque los derechos son la indiscutible razón de la licitud de las reivindicaciones de trabajadores y trabajadoras, de las exigencias de la ciudadanía: fin de los recortes presupuestarios, acabar con las privatizaciones, aumentar y consolidar lo público, derogar la LOMCE, establecer una renta básica y servicios públicos de calidad que satisfagan los derechos sociales de todos y todas. Son la razón última que legitima toda la desobediencia civil que la ciudadanía emprenda para cambiar las cosas.
Y, por difícil que parezca, sí se pueden cambiar. Se puede cambiar esta sociedad injusta, desigual, machista y predadora. En sanidad, por ejemplo, la lucha ciudadana ha evitado la privatización de seis hospitales y 27 centros de salud y continúa. Como decía Nelsón Mandela, siempre parece imposible hasta que se logra. Y en esas estamos: seguir con una lucha amplia y unitaria que nos lleve a ese otro mundo más justo que es posible.
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