COMUNICADO
Plataforma por la nacionalización de las cajas de ahorro y por una banca pública
Hay que nacionalizar las cajas y sus bancos participados para crear una
banca pública potente
El Presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy ha anunciado la presentación inmediata de un Real
Decreto para el saneamiento del sistema financiero con el que “pretende
resolver los problemas de las entidades financieras y despejar todas las dudas
sobre su solvencia”. Al mismo tiempo, el
actual Presidente del Banco Financiero y de Ahorros y de su filial, Bankia,
Rodrigo Rato ha dimitido y se ha filtrado que la entidad que se encuentra en
una crítica situación, recibirá una inyección de dinero público que puede
alcanzar los 10.000 millones de euros en forma de bonos contingentes
convertibles.
Ante esta situación, la Plataforma por la nacionalización de las cajas de ahorro quiere
decir lo siguiente:
- Se anuncia una nueva solución definitiva para las entidades financieras españolas,
tres meses después de un Real Decreto que decía resolver la totalidad de
los problemas existentes. Nuestra
Plataforma ya denunció en febrero de este año que la reforma planteada era
absolutamente insuficiente para afrontar la insuficiencia de capital de
bancos y cajas de ahorros. Al menos esta vez el Gobierno no puede evitar
reconocer que existirá coste económico para los ciudadanos. Es evidente
que esta nueva fase de la reforma financiera va a requerir ingentes
cantidades de dinero público.
- La nueva
inyección, que puede alcanzar los 10.000 millones de euros —mientras se
recortan miles de millones en la Sanidad y la
Educación públicas—
en bonos contingentes convertibles en el Banco Financiero y de Ahorros
volverá a ser insuficiente. La entidad precisa de una profunda
recapitalización, es decir, aportación de fondos no reembolsables con
derechos políticos. Rechazamos la emisión de títulos de deuda que
solamente se convertirían en acciones en el caso de que los niveles de solvencia se sitúen
por debajo de un umbral previamente fijado. La utilización de este
mecanismo es únicamente un intento de maquillar ante las autoridades
europeas las ayudas públicas que precisa. Esta enorme cantidad de fondos
se sumará a los 4.465 millones de euros en participaciones preferentes
convertibles ya suscritas por el FROB, a los más de 28.000 millones de
euros de emisiones de la entidad avaladas por el Tesoro Público y a una
idéntica cantidad prestada por el Banco Central Europeo.
- El estallido del Banco Financiero y de Ahorros pone
una vez más de manifiesto la vergonzosa actuación del Banco de España que
ha consentido la ocultación de datos por parte del Consejo de
Administración y el retraso en la publicación de sus resultados sin
intervenir como era su obligación. El organismo
supervisor ha vuelto a demostrar de forma palmaria su incapacidad a la
hora de solucionar el problema de fondo de las entidades financieras.
- Así mismo, hay que denunciar
la necesaria colaboración de Agencias privadas como Deloitte que
certificaron con su informe la buena situación de Bankia cuando salió a
Bolsa.
Ante todo lo anterior exigimos al Gobierno de la nación:
- La inmediata conversión en
capital de las participaciones preferentes ya suscritas por el FROB como
contempla el decreto de constitución del propio Fondo y la actuación
responsable del Estado desde la propiedad con vocación de permanencia. El Estado tiene la obligación de nacionalizar de forma inmediata el Banco Financiero y de
Ahorros y Bankia, y gestionar las entidades de forma directa. Las
propias normas del FROB recogen esa posibilidad en caso de que las
circunstancias lo hagan necesario y no es posible imaginar que existan
hechos más graves que los que han dado lugar a la actual situación.
- Que toda inyección de dinero realizada a partir de
este momento en BFA-Bankia o en cualquier otra entidad que precise de
dinero público, se transforme en acciones con derechos políticos.
3.
La oportuna depuración de responsabilidades que
alcance a los directivos que con su gestión han situado a la entidad al borde
del abismo. Se han comprometido más de 60
mil millones de euros de dinero público para salvar a esta entidad financiera y
el Presidente dimisionario plantea el nombramiento de su sucesor al resto del
Consejo de Administración, un “gestor” que se jubiló con 52 millones de euros
del BBVA, que es corresponsable de la desastrosa situación del conjunto del
sistema financiero español y que sólo rubrica que se pretende pagar las deudas
con dinero público para, posteriormente, entregar definitivamente Bankia a
manos privadas. Lo adecuado desde un Código de Buenas Prácticas es que todos
los que han coadyuvado para llegar a la actual situación fueran inhabilitados
para ejercer cargos de responsabilidad en entidades financieras.
Siendo gravísima la situación patrimonial
de BFA-Bankia, sería una simplificación interesada pensar que esta entidad (el
10% del sistema financiero español) es la única causa de la desconfianza que
planea sobre el sistema bancario español. A estas alturas es evidente que BFA-Bankia no es la excepción sino un claro exponente
de la situación de quiebra general de las entidades financieras del país que
solamente se sostienen por la intervención pública en forma de inyecciones de
capital directas, avales o financiación blanda procedente del Banco Central
Europeo.
Por todo lo anterior, la propuesta de una banca pública bajo control democrático y gestionada
con transparencia, creada mediante la nacionalización de las cajas de ahorro,
no es una de las opciones posibles para resolver la actual crisis. Es la única
solución porque es imposible la movilización de fondos privados en la cuantía
necesaria para recapitalizar las entidades financieras españolas. Cada vez
más son las voces que reclaman la nacionalización de las cajas. Ya es hora de
que todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales, respalden y llamen a la
movilización con decisión a favor de esta reivindicación, que es una de las
condiciones imprescindibles para detener y revertir la política de recortes de
plantillas, salarios y servicios públicos. De lo contrario, lo que se está
haciendo no es salvar a los bancos sino salvar a los “banqueros”, pagando sus
deudas con dinero de todos y dejándoles la gestión de los ahorros de la
sociedad para que puedan seguir amasando grandes fortunas con ella. Hace falta
el coraje político y la visión a largo plazo necesarios para abordar la reconversión del sector,
sanear sus balances, administrar el stock de viviendas adjudicadas de forma
socialmente responsable y cumplir el objetivo primordial de su existencia:
canalizar el ahorro hacia la inversión , el desarrollo de los servicios
públicos (sanidad, educación, servicios sociales, etc) y el empleo en lugar de
alimentar burbujas especulativas que únicamente conducen a ilusorias y temporales
mejoras de bienestar.
SI NOSOTROS PAGAMOS, NOSOTROS DECIDIMOS