Cambio de sistema

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miércoles, 10 de julio de 2013

El “Banco Malo”: Historia de una estafa inútil



Carlos Sánchez Mato




Se cumplen ya 8 meses desde la puesta en marcha la Sociedad de Gestión de Activos procedente de la reestructuración bancaria (SAREB). La denominación oficial no ha conseguido ocultar el nombre por el que realmente este instrumento es conocido en sociedad: Hablamos del “banco malo”.

El mecanismo fue creado en el marco de obligaciones contraídas con el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) con el que el Estado español firmó, además de un préstamo de 40 mil millones de euros, un Memorándum de Entendimiento. En este documento figuraban 32 condiciones de ineludible cumplimiento entre las cuales estaba la creación un vehículo al que las entidades bancarias que habían precisado de fondos de este organismo europeo, debían traspasar sus activos inmobiliarios tóxicos a “valor razonable”.

SAREB ha adquirido inmuebles, créditos y suelo por valor de 50.653 millones de euros después de aplicar un descuento medio del 63% sobre el que tenían en las entidades. Cuenta en la actualidad con más de 55.700 viviendas y unos 30.000 activos anexos, como plazas de garaje y trasteros. Además, posee más de 185.000 metros cuadrados en oficinas, una treintena de hoteles, y 150.000 metros cuadrados de superficie alquilable en centros comerciales. También se ha convertido en propietario de 15.075 solares (13 millones de metros cuadrados) de los cuales solamente un tercio tienen la consideración de suelo urbano. En definitiva, se ha convertido en la empresa inmobiliaria más importante de España y una de las primeras de la Unión Europea.
Sin embargo, el tiempo transcurrido permite confirmar los peores presagios que los críticos con la puesta en marcha de SAREB manifestaron desde el principio. Además de la descomunal estafa que supone asumir con fondos públicos la desastrosa gestión realizada por las entidades bancarias, el diseño del mecanismo utilizado convierten el mismo en inútil para resolver el problema de la quiebra de las entidades.

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