Contexto
Estados Unidos y la Unión Europea han llegado a un acuerdo que se produce menos de una semana antes de la fecha límite del 1 de agosto para que los aranceles más altos con los que amenazaba entrasen en vigor. Recordemos que, en mayo, Trump amenazó con imponer un arancel del 50% a casi todos los productos de la UE, lo que aumentó la presión que aceleró las negociaciones, aunque posteriormente la guerra comercial desatada la limitó a aranceles del 30%.
Qué incluye el Acuerdo
No se trata únicamente de un acuerdo de alcance comercial.
· Incluye aranceles de Estados Unidos que ascenderán al 15% a productos de la UE incluidos los automóviles, del 15%, en lugar del 30% con que había amenazado a partir de agosto si no había pacto.
· Los productos farmacéuticos no serían parte de un marco comercial porque Estados Unidos quiere a toda costa fabricarlos allí por lo que se entiende que tendrán aranceles más elevados o restricciones para las importaciones.
· La UE accede a aplicar aranceles cero a las importaciones estadounidenses.
· En virtud de este pacto, la UE acepta comprar energía a Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares en tres años. En 2024, el gas licuado estadounidense supuso ya el 16,5% del total de importaciones de gas de la UE y casi el 45% de las de gas licuado. Se han duplicado con respecto a 2021, antes de la guerra en Ucrania. Los principales importadores de GNL de la UE son Francia, España, Italia, Países Bajos y Bélgica. El gas licuado de Estados Unidos cuesta casi un 24% más caro que el de Qatar o el de Rusia a lo que hay que añadir la diferencia con el gas que viene por tubería y que puede oscilar entre otro 10% más como mínimo.
· El Acuerdo incluye la adquisición a Estados Unidos por parte de los países de la UE de 600.000 millones de dólares más de armamento que el que le compran en la actualidad. Según datos del SIPRI, entre 2020 y 2024, el 64 % de las importaciones de armas de los países europeos miembros de la OTAN provinieron de EE. UU., un aumento notable respecto al 52 % del periodo anterior.
La cantidad prácticamente coincide con las necesidades adicionales de los países para llegar a un gasto militar del 5% del PIB, unos 500 mil millones de euros anuales.
Reacciones
· Trump: "Va a ser muy bueno para todos".
· La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que el acuerdo aporta una necesaria "certidumbre y estabilidad" para las empresas comunitarias.
· Albares: "El Acuerdo evita una escalada arancelaria que sería negativo para todos y la UE da un salto de soberanía y avanza con fuerza hacia su autonomía"
· Pedro Sánchez: "Respaldo el Acuerdo pero sin entusiasmo"
Análisis
La economía española no es muy dependiente de las exportaciones a Estados Unidos ya que únicamente el 5% de las que se realizan tiene su destino allí. A pesar de ello, hay algunos sectores potencialmente más expuestos a este enorme incremento arancelario que situará las tasas en el 15% (multiplicará por diez la barrera de entrada actual). Entre ellos están el aceite y el vino, la maquinaria y el material eléctrico.
Una subida lineal del 15% en las exportaciones supondría para el año 2026 un encarecimiento global de los productos españoles de unos 2.500 millones de euros anuales. Los consumidores de Estados Unidos puede que asuman el sobrecoste o que desvíen a otros países los 16.000 millones de euros de exportaciones españolas.
De forma recurrente España importa más productos de Estados Unidos de los que le exporta por lo que nuestra balanza comercial es deficitaria en casi 10.000 millones en 2024.
Los aranceles del 15% incrementarán el saldo negativo de la balanza comercial de España con Estados Unidos.
A pesar del reducido impacto directo del incremento arancelario hasta el 15%, España no se verá afectada solo por esa subida. Aunque no vende automóviles terminados a EE UU, sí exporta componentes a otros países europeos que exportan al país norteamericano y que también sufren el golpe de los aranceles. Por otro lado, la economía europea, ya en horas bajas, podría sufrir una desaceleración adicional por la guerra comercial, complicando la búsqueda de destinos alternativos para la producción que iba destinada a Estados Unidos.
Sin embargo, en términos globales para la UE, el Acuerdo es todavía peor.
Es un verdadero disparate para los intereses comunes. No solo por el desequilibrio de los logros sino por la aceptación por parte de la UE de la imposición y no la negociación como forma de resolver los conflictos.
Se borra de un plumazo la "autonomía estratégica" de la UE subordinando en energía y defensa a los intereses de Estados Unidos.
¿Qué se puede hacer?
Además de la manifiesta oposición frontal a este Acuerdo/Humillación, es preciso plantear alternativas.
La Comisión Europea tiene competencia en materia comercial. No en inversiones. Y este es un Acuerdo que las incluye.
Pedro Sánchez debe bloquearlo en el Consejo. Y dado el carácter de Acuerdo global con compromisos en materia de energía, inversiones y compras de material militar, debe ser aprobado en los Parlamentos de cada país miembro tal y como dicen los Tratados.
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